Una casa ecológica es aquella que es autosuficiente. Es decir, que su consumo energético depende de fuentes naturales, de manera que su huella de carbono es mínima o prácticamente inexistente. Asimismo, las viviendas ecológicas consiguen a su vez condiciones óptimas de habitabilidad con el mínimo consumo energético, teniendo en cuenta factores como la orientación de la construcción, el terreno y la naturaleza que lo rodea.
Existen materiales idóneos para la construcción de casas ecológicas que ayudan a:
Mejorar la calidad del aire y no emanar sustancias tóxicas: los morteros de arcilla limpian el aire de sustancias orgánicas volátiles y el mortero de cal absorbe el CO2 del ambiente, además de eliminar los ácaros.
Regular la humedad: en este caso la madera y sobretodo la arcilla son materiales higroscópicos, lo que permite regular la humedad interior, dejándola dentro de los parámetros confortables.
Aumentar el confort interior: estos materiales mencionados producen la sensación de confort y calidez.
Beneficios que ofrecen las casas ecológicas:
Vivir en una casa ecológica ofrece múltiples ventajas, entre las que destacamos las siguientes:
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Mayor durabilidad: las casas ecológicas requieren menor coste de mantenimiento y de reparaciones, ya que están construidas con materiales de alta calidad.
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Mejoras para la salud: son construidas con materiales naturales y, por tanto, son no contaminantes y libres de toxinas.
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Beneficios medioambientales: las viviendas ecológicas se caracterizan por ser respetuosas con el medioambiente haciendo un consumo mínimo de energía, ya que apuestan por fuentes alternativas de energía y menos de las convencionales.
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Genera ingresos: en ocasiones una casa ecológica puede generar un exceso de energía que se puede vender a terceros si se tiene la infraestructura necesaria y se cuenta con los pertinentes permisos.