¡Hola de nuevo! No sé si os acordáis de mí... soy Sandra y ya ha pasado un año desde la última vez que os escribí para contaros mi experiencia sobre la nueva vivienda que Javi y yo compramos en el residencial Altos de Santa Bárbara ubicado en la localidad de Rocafort, una población a tan solo 15 minutos del centro de Valencia y con las ventajas que conlleva vivir en Rocafort.
Parece que fue ayer cuando Javi y yo recorríamos cada rincón de Valencia y alrededores buscando casas con jardín que se acoplaran a nuestras exigencias y sobre todo a nuestro presupuesto. Sin embargo, han pasado ya casi 2 años desde entonces, ¡hay que ver lo rápido que pasa el tiempo! Llevamos exactamente 1 año y 8 meses viviendo en nuestra casa nueva y no podemos estar más felices, y todavía más en esta época de confinamiento ya que le estamos sacando el máximo partido a la vivienda y sobre todo, al jardín. Además, nos encanta esta zona, la urbanización y todas las ventajas que supone vivir en comunidad, aunque en estos momentos no podamos disfrutar de algunas de ellas. Residir en una población tan tranquila como Rocafort, lejos del ruido y las aglomeraciones y a sólo 10 mins de nuestros trabajos no tiene precio. Además de que es una maravilla tener tan cerca a mi hermana y mis sobrinos, a los que estamos deseando volver a ver en cuanto todo esto pase.
Admito que al principio, cuando Felipe (el agente inmobiliario que nos atendió en su día) nos ofreció la posibilidad de adquirir una de las casas con jardín ubicadas en la planta baja, Javi y yo teníamos ciertas dudas. El precio de la vivienda era un poco más elevado que el de los pisos de las otras plantas y además, tampoco sabíamos hasta qué punto íbamos a amortizar de verdad y a sacarle partido a la zona del jardín.
Sin embargo, después de todo este tiempo disfrutando de nuestro hogar, los dos estamos de acuerdo en que no podríamos haber hecho mejor inversión ni tomado mejor decisión. Es todo un lujo, y más aún si cabe durante estas últimas semanas, poder disfrutar de los más de 30 metros de espacio exterior que dispone la vivienda. Además de eso, estamos ilusionados, sobre todo yo, con nuestro pequeño jardín, al que le hemos sacado más partido del esperado.
Comprar una casa con jardín ha sido, sin lugar a dudas, una de nuestras mejores decisiones y nos ha aportado innumerables beneficios. En mi opinión, las ventajas de comprar casas con jardín son muchas y me gustaría compartir con vosotros algunas de ellas, basadas en mi propia experiencia.
Casas con jardín: ¡todo son ventajas!
1. Sensación de espacio
Desde el primer día que nos instalamos en la vivienda, Javi y yo tuvimos la impresión de que nuestro hogar parecía mucho más grande de lo que en realidad es y todo ello gracias al jardín. La sensación de espacio y amplitud que tenemos en la vivienda es espectacular sobre todo cuando las puertas y ventanas que dan al jardín están completamente abiertas.
Además de eso, es increíble como solo un pequeño jardín en casa puede transmitir ese sentimiento de libertad que hemos podido experimentar durante todo este tiempo que llevamos confinados en casa.
Gracias al jardín exterior, nuestra casa no sólo parece el doble de grande si no que también ha evitado durante este tiempo que nos sintiéramos “encerrados” en casa.
2. Zona de ocio y recreo
Cuando nos mudamos a esta nueva casa, la verdad que no sabíamos muy bien cómo íbamos a aprovechar y sacarle partido al espacio exterior y a la zona del jardín. Como apasionada que soy de la decoración, aporté mi granito de arena incorporando unos muebles de exterior con cojines monísimos que al principio solamente usábamos para “las ocasiones especiales” (por eso de que nunca quieres que se desgaste todo lo nuevo) pero que hoy en día se han convertido en nuestros principales aliados.
Hoy en día, Javi y yo salimos al jardín prácticamente para todo: para leer, escuchar música, tomarnos una copita de vino, relajarnos, o simplemente observar la naturaleza. Además, durante las últimas semanas y debido a las circunstancias, nuestro jardín se ha convertido en nuestro gimnasio. Los dos somos muy deportistas y no queríamos que el cierre de las instalaciones deportivas afectará a nuestras rutinas.
Así que, durante esta época, hemos instalado en el jardín el rodillo para los entrenamientos de Javi en bicicleta y la esterilla, las mancuernas, la pelota y las gomas elásticas de fitness para mis entrenamientos. Y la verdad que es todo un placer entrenar juntos, al aire libre y con luz natural de fondo.
3. Comedor al aire libre
Admito que en la zona de Valencia somos muy afortunados porque tenemos buenas temperaturas prácticamente durante todo el año y eso nos permite organizar comidas y cenas al aire libre, exceptuando los meses de invierno.
Además, Javi y yo que somos muy sociables, siempre hemos disfrutado mucho de las reuniones con amigos o con familia, así que desde que nos mudamos aquí, el jardín se ha convertido en un improvisado comedor al aire libre para celebrar barbacoas, cumpleaños, fiestas con amigos y comidas familiares. ¡Que ganas de volver a retomar esas largas jornadas con amigos o ver a mis sobrinos dando tumbos por el jardín y dejarlo hecho trizas con el balón!
4. Espacio creativo y terapéutico
Siempre nos ha gustado mucho salir al jardín a relajarnos, a leer un libro o tomar una copa y por lo tanto siempre hemos asociado nuestro jardín con zona de ocio y reuniones. Sin embargo, durante las semanas que llevamos trabajando desde casa, hemos podido experimentar como nuestro jardín se ha convertido también en un espacio creativo y en cierto modo, terapéutico.
El jardín es el espacio donde acudimos estos días cuando necesitamos desconectar, tomarnos un respiro y recargar pilas. Es en el jardín donde según Javi, que es ingeniero, se ha inspirado para hacer sus mejores planos. Y ha sido también en el jardín donde yo, que nunca he sabido diferenciar una rosa de un clavel (por decirlo de alguna manera) he descubierto una nueva vocación: la jardinería. Además de convertir el jardín en una explosión de luz y color, he descubierto que plantar flores y arreglar las plantas me entretiene, me relaja y me permite desconectar de todo.
5. Belleza visual
Disfrutar de los colores y los olores de las plantas y flores que tenemos en el jardín y a nuestro alrededor es todo un verdadero lujo. A veces, me puedo pasar horas sentada en uno de los sillones del exterior sin hacer nada, tranquila, sosegada y mirando hacia el horizonte donde observo el paisaje de los alrededores, la naturaleza en su estado puro, las diferentes tonalidades de marrón, de verde y del resto de colores en su estado natural. La armonía y belleza visual de la que disfrutamos desde nuestro jardín se convierte en un verdadero placer para los sentidos.
Como habéis podido comprobar, comprar una casa con jardín ha sido, sin lugar a dudas, una de nuestras mejores decisiones, y más ahora. Aparte de las ventajas que os acabo de enumerar, tanto Javi como yo estamos de acuerdo en que los momentos más memorables de nuestra vida en común, siempre se han sucedido en el jardín. Por eso para nosotros, las casas con jardín son siempre la mejor decisión de compra.